viernes, 22 de abril de 2011

Jesús de las lomas [Narrativa]


Jesús de las lomas:



Jesús, el humilde carpintero fue arrestado por la madrugada mientras oraba en el Cerro Bola, sus discípulos se dispersaron cuando llegó la policía.
Fermín Iscariote, le dio un beso para que los uniformados procedieran a la detención.
Sin pena ni descaro, lo llevaron detrás de una camioneta chatarra, esposado de manos.
Primero fueron al ministerio, el procurador no encontró pecado en él y lo mandó a casa del comandante, éste lo juzgó de loco y lo regresó con el procurador.
Algunas comunidades lo acusaron de promover la palabra de Dios en la plaza de armas, algunos testigos afirmaron que él sanaba a los enfermos, que resucitaba a los muertos.
Lo encontraron varias veces, cenando en casa de traficantes y drogadictos, lo veían sentado junto a los vagabundos en el edificio tomado, que yacía a izquierda de la catedral. Platicando con las prostitutas de la Mariscal, repartiendo chicles con los niños del monumento a Benito Juárez, por lo tanto, para ellos era él un criminal.
-Ama a Dios sobre todas las cosas y a tu hermano como a ti mismo.
-Son los fariseos y las prostitutas los más cercanos al reino de los cielos.
Se le escuchaba decir.
Aún siendo temprano, lo llevaron al tribunal de justicia, y como entre la policía era costumbre soltar a detenidos, Emilio Barrabás les dio un fajo de billetes a cambio de su libertad.

Sin abogado competente, y en un sistema de justicia denigrado, Jesús fue acusado de alterar el orden público.
Después de su juicio, dos uniformados pasaron a golpearlo y aporrarlo con macanas.
Al dirigirse al reclusorio, en una camioneta de la preventiva, pasando por el Eje Vial, dos camionetas blindadas que se enfrentaban dispararon entre sí.
Una bala perdida alcanzó a aquel hombre, Jesús de las lomas falleció, su muerte se hundió en la impunidad, acusado de difamar, de tener nexos con los criminales y drogadictos, murió por los pecados de una guerra que nadie decidió.
Al revisar el sitio en donde descansaba, no encontraron cuerpo alguno, sólo una cruz:

El reino de los cielos está cerca, también el juicio final.